El día que falleció mi abuelo, no dejo nada más que lo que
tenía en su departamento.
Mi abuelo era el padrastro de 2 hijos y una hija (mi
mamá) quienes echaron suertes para repartir aquello que mi abuelo tenía:
cuadros, perfumes, sombreros, camisas, dinero en efectivo (muy poco) y sus
muebles que adquirió bastante tiempo atrás. Aquello por lo que no se debatieron
quedó en una bolsa que iba directo a la basura.
A mí me encomendaron tirarla
pero yo quería algo que fuese directamente de mi abuelo, lo que fuera, no me
importaba, entonces en la bolsa lo primero que encontré era una toalla color
violeta que en seguida guarde en mi mochila.
Uno de mis tíos vendió aquello que recibió. Otro lo regaló
sin pensarlo mucho. Por su parte, mi madre lo metió en una bolsa de su closet
para no verlo más. Yo por mi parte, siempre uso esa toalla violeta después de
bañarme, es una forma de recordar a mi querido abuelo.
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