(creo que hasta el momento, el más difícil).
En estos momentos de agonía, pienso que fui tan, pero tan
feliz, que vale la pena morir.
Desde pequeño me gustaba brincar y brincar.
Originalmente vivía en otro…¿Cómo decirlo?...lugar con mis padres y hermanos,
pero éramos muchos en ese lugar. Lo único que teníamos que hacer para comer era
rascar el piso y tomar ese delicioso líquido que desde tiempos muy pero muy
antiguos mis antecesores se alimentaron así.
Pero esa tarde, mientras estaba relajado por haber
terminado de comer, percibí otro lugar para comer. Era cálido y son pensarlo,
ni avisar a mi familia, brinqué a ese otro lugar. Tuve que brincar bastante
para llegar al otro lugar pero lo conseguí.
Me instalé de nuevo en este lugar, el líquido con el que me
alimentaba rascando el piso también era delicioso y todo para mí solo. Era muy
feliz, pero noté que por momentos caía una extraña piedra para aplastarme. La
piedra se movía de un lado a otro, pero no acababa conmigo, porque yo era muy hábil.
Todo continuó bien hasta que un día, cuando estaba
descansando empezó a caer agua del cielo. No era la primera vez que pasaba,
pero después de encharcarse el piso cayó otro líquido. El liquido olía mal,
pero era ácido, al caer en mi patita me quemó, así que comencé a correr,
primero hacia el norte, pero había más líquido, luego hacia un lado, luego
hacia otro y en todos lados estaba ese liquido. El liquido era blanco. Rogué
por ayuda a cualquier ser superior, en eso, como si hubiera sido escuchado,
sentí como 2 piedras juntas me levantaron del piso. Pensé que era mi salvador,
pero caí en agua en lo que parecía ser un mar. Poco a poco mi cuerpo se llenó
de agua y hasta este momento sigo agonizando…
No hay comentarios:
Publicar un comentario