En la esquina del puesto de periódicos estaba el clásico
niño gritando las noticias del periódico:
-¡EXTRA! ¡Extra!, ¡Extra!, ¡Ladrón entra a casa a robar y
despierta al dueño para usar su wifi!. -¡EXTRA! ¡Extra!, ¡Extra!...¡El dueño
era traficante menudista!...¡Los 2 tontos están en la cárcel!.
Mientras en otro lado, en el Ministerio Público, un agente
le estaba tomando su declaración al ladrón:
-A ver, empecemos de nuevo, ¿Cuál es tu nombre?…
-Pedro Pérez Pérez.
-¿Edad?
-17 años.
-¿De dónde es usted?
-Allá de una población, allá por el cerrito- dijo el joven
dando por hecho que el agente le iba a entender.
-Muy bien. Mira, para que yo te pueda ayudar es necesario
que tu me cuentes como estuvo el robo. Así que vamos- dijo el agente moviendo
la mano para indicarle que podía empezar con su declaración.
-Vera uste, hace 2 días dejé el cerrito porque no hay
trabajo allá. Junte mis pocos ahorros que conseguí al vender mis pocas
pertinencias…
-Pero, ¿Usted a que se dedicaba?
-Yo soy albañil de profesión…es decir llevo años
dedicándome a eso desde muy joven. Entonces llegue aquí a la capital muy noche.
Salí de la Central de camiones y empecé a caminar sin rumbo. Estaba buscando
donde pasar la noche y que veo una ventana abierta de una de esas
construcciones todas grandotas…
-¿Habla de un edificio?.
-Si, así les dicen. La ventana estaba abierta de uno de
esos…eso que usted dijo. La luz estaba apagada y pensé que no había nadie.
Entonces se me hizo fácil meterme. Pero yo pensaba nada más dormirme e irme al
día siguiente sin causar problemas. Entonces me metí. Vi que había una mesita
en la… ¿Cómo se llama?... habitación más grande de la casa esa. Y entonces ví
que había unos panecillos encima de la mesa como esos que en mi pueblito le
decimos “panqueques”. La verdad tenía mucha hambre. Los panecillos estaban…deliciosos…solo
que tenían como pasto en el interior. Al inicio llevaba la cuenta de cuantos me
comí…luego perdí la cuenta. Me senté un rato en el sofá. Y a partir de ahí no
recuerdo muy bien lo que pasó…
-Disculpe, ¿pero usted no tiene alguna idea de aquello que
comió en el “panqueque”, es decir, creo entender por dónde va el asunto. Pero
¿no tiene usted alguna idea?...
-Pues no. Nunca lo había probado. Recuerdo que me senté muy
cómodamente en el sofá y empece a sentirme mareado y a ver como estrellitas en la
habitación. Era algo demasiado raro. Luego vi un…¿Cómo se llama? Control remoto
en el sofá y ví que había un…¿Cómo se llama?...televisor en la sala. Yo en el cerrito había escuchado más o menos como funcionaban estos aparatos. Presioné
todos los botones y se encendió. Luego escuché pasos atrás de mí que se
acercaban poco a poco. La televisión se encendió, aparecía un mensaje que decía
algo de una contraseña para conectarse a…otra cosa…"nerflis" creó que decía, tal vez
era para ver a ese tal "nerflis"…me volté y ví que un chavo se acercó con un bat y
de haber estado consciente no le hubiera preguntado “¿Cuál era la clave de la
internat?...y me respondió con un golpe en la cara.. Grité de dolor y le pedí
que se detuviera, pero en el piso me dio algunas patadas hasta que se detuvo.
Creo que llamé demasiado la atención de un vecino y lo siguiente que recuerdo
era un policía uniformado de azul…-en ese momento el agente estuvo a punto de
reírse porque le parecía un pleonasmo decir “el policía uniformado de azul”,
pero se contuvo para no hacer sentir mal al ladrón- el policía entró de golpe a
la casa, vio la escena, pero también le llamó la atención algo que había en la
cocina, creó que una hierba, algo así… y al final nos trajeron a los dos
aquí…-dijo el ladrón mientras se frotaba los ojos por el sueño que tenía.
-¿Y ahora como se siente?
-Pues…ahorita si me duele los golpes que me dio al que le
iba a robar según…
-Bueno, creó que ya me comentó usted todo. Al rato lo
llevaran al interior del reclusorio, le sugiero ya no contar que usted le pidió
la clave del internet al que le iba a robar, porque allá…no es… un lugar
bonito…
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