-¡Este es un asalto, que
nadie se mueva!.
-¡¿Qué allá afuera está el
asfalto?!. Aquí no está Carmen para que se mueva.
-No. Aquí no es un palacio.
Tampoco está Nadia la que conversa.
-¿Qué diga algo que
versa?... me gustas cuando callas porque estás como ausente, y me oyes desde lejos, y
mi voz no te toca. Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un
beso te cerrara la boca.
Todos aplaudieron en el microbús y Luis prefirió bajarse del camión. Admitió que no era buena idea subirse a los camiones que ocupa la gente que no escucha bien a asaltar.


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