Jacinto estaba en el salón de música haciendo sonar su teclado en completa armonía siguiendo las notas de sinfonía 40 de Mozart. Se encontraba solo en el salón. Y justo cuando iba a sonar esa parte sonde se toma descanso para continuar con más fuerza, Antonia entró al salón con una flauta siguiendo el ritmo. Ambos continuaron haciendo sonar sus instrumentos hasta que la melodía se terminó.
Solo había
bastado un poco de música para hacer que ellos, sin conocerse, se
encontraran. Al final la música es el
lenguaje del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario