Vera y Aarón vieron el dibujo que su hijo Salvador de 5 años había hecho y supieron que era el momento de tomar acción e ir con el hechicero de Oaxaca cuanto antes. El dibujo era de Salvador y tenía al lado un monstruo mucho más grande que él, hecho de sombras con ojos rojos.
Tomaron el tren
para ir al poblado que les habían indicado. En el camino Aarón y Vera no se
hablaban, pero en su mente cada uno recordaba los acontecimientos que
ocurrieron cuando nació su hijo.
Resulta que el
bebe, todavía dentro del hospital fue raptado y a los 9 días fue encontrado
gracias a que una persona anónima dio el aviso. Los oficiales que encontraron
al bebe le contaron a la pareja algunos hechos que ellos no supieron cómo
interpretarles:
El bebe fue
encontrado en una casa de un cerro donde vivía un chamán ermitaño, quien
declaró que lo había encontrado desamparado llorando por su vida a unos pasos
de su casa y que consideró alimentarlo mientras pensaba llevarlo a la ciudad
más cercana. Hasta donde las autoridades investigaron, el chamán era una
persona mayor, sin familia, que sufría de alucinaciones.
A pesar de que
realmente no había hechos que le vincularan, fue señalado como aquel que raptó
el bebe. Cuando recuperaron al bebe, escucharon que a veces los chamanes cuando
tenían bebes pasaban por una etapa de iniciación para desarrollar habilidades
que le serían útiles en aquello a lo que los chamanes se dedicaban. Pero
también escucharon que la etapa de iniciación podía ser en parte una maldición
para ellos…
Ambos padres
habían preferido hacer de cuenta que el rapto no había pasado hasta ese
momento, que supieron que tenían que ir a ver al hechicero.
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